Hoy el perfil de la ruta es como una "lamba",
con Riba-roja justo antes de la punta y Flix al final.
Me iba a dormir agotado, relativamente
incómodo en la pequeña tienda, algo agitado por los ruidos del bosque y
por tormentas con truenos y relámpagos que se oían y veían a lo lejos
y, a pesar de todo, en seguida me dormía y el cuerpo se empezaba a
recuperar. Sólo una hora después me despertaba la lluvia y al poco
rato, como no había tensado bien la tienda, me caían algunas gotas en
las piernas. Intentaba reposar. Una hora más tarda pararía y
volvería a quedar dormido. La superfície era más blanda que otras
noches, había plantado la tienda sobre un prado. Volvió a llover y me
desperté y volví a dormir, otra tirada hasta las cinco. Esperé a las
5h30 y volvió a comenzar la rutina de estos días: lavarme los dientes,
afeitarme, prepararme un te, recoger la tienda, desayunar, evacuar, y
en marcha! Qué maravilla es el cuerpo que tenemos, una noche imperfecta
es suficiente para recuperarse y estrenar un nuevo día con ilusión. Todas
las incomodidades quedan compensadas por la experiencia de entrar en el
río al alba, la luz pálida de la mañana sobre el río, el silencio. Hoy
me espera una etapa muy ligera, unos 16 km hasta salir en Flix. Si
continuara podría llegar fácilmente a Vinebre.
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